jueves, 7 de julio de 2011

Estamos en buenas manos

Debemos alegrarnos. Tras semanas de incertidumbre y vacío de poder causados por el “affaire” del “Gran Kahn” con la camarera –“affaire” que finalmente se ha podido comprobar que iba incluido en el precio de la suite del hotel de Manhattan–, el Fondo Monetario Internacional se ha decidido en esta ocasión y por primera vez por una mujer. Por ser más discreta que su antecesor y por cobrar menos que él, ya que las mujeres todavía no tienen igualado en este organismo su estatus salarial con el de los hombres. A cambio de las duras condiciones establecidas en el contrato que exigirán a esta dama tener “los más altos estándares éticos de conducta” y “evitar incluso cualquier apariencia de conducta inapropiada” instándola a participar “de vez en cuando en programas de entrenamiento ético” (???), el FMI embarcado en un duro proceso de austeridad, se ha visto moralmente obligado a subirle el sueldo de mujer trabajadora hasta un 11 % más que el de su antecesor (ahora ya simplemente llamado Strauss-Kahn o solamente “Kahn” para los amigos) que desde hoy tendrá que pagar de su bolsillo los 50.000 $ de alquiler mensual de su nueva casa en New York nada más salir de la cárcel. Además, Kahn también tiene que hacer frente a otra demanda por intento de violación frustrado, hace años en Francia, a una periodista, que no ha podido volver a escribir desde entonces por el trauma que le supuso y que judicialmente le pide una sabrosa compensación económica por ello. Haciendo un paréntesis, tengo que declarar que no me importaría a pesar de mi edad, ser objeto de un intento de violación no consumado por parte de este señor Kahn, para poder pedirle yo algo también para mi jubilación. De Christine Lagarde (ese es el nombre y apellido de la nueva jefa del FMI), no puedo esperar ningún intento de nada después del contrato que acaba de firmar. A cambio de sus servicios y de las restricciones impuestas (no podrá tocarle ni siquiera el culo a su secretario), recibirá un salario base libre de impuestos de 324.000 € al año que podrá ingresar íntegros en una cartilla de ahorros de cualquier Banco o Caja rescatados, ya que para sus gastos recibirá otros 58.000 € también libres de impuestos. “Además se le reembolsarán todos los gastos razonables que haya hecho relacionados con su actividad”, dice también el contrato, “aunque tenga primero que anticiparlos”, digo yo. Y todos sabemos que estos cargos llevan implícitos muchos gastos razonables aunque no necesariamente razonados. La actividad objeto de esos gastos razonables a la que se refiere la parte contratante, se sobreentiende no deberá ser sexual para no entrar en conflicto con las “conductas éticas apropiadas en apariencia”, como reza el contrato recién firmado (contrato que el amigo Kahn firmó sin tales restricciones). Esas cantidades menores estarán dedicadas a mantener “un nivel de vida apropiado a su posición como directora gerente del Fondo” manifiesta también en un apartado el contrato, llamémosle “suculento”, en el que se repite hasta la extenuación el término "apropiado" –que no "apropiación" debida o indebida–. Finalmente y para cumplir con la normativa vigente, con el convenio colectivo y para no perder el poder adquisitivo, su sueldo y gastos serán también actualizados cada mes de julio con el IPC anual.

Este mundo es del color del tinte con que te tiñas

La señora Lagarde, o madame Lagarde para utilizar su mismo idioma, ya fue tres veces ministra en Francia, de Economía, de Agricultura, y de Comercio, y anunciaba recientemente “mano dura con Europa” si era elegida; como así ha sido. Supongo que se referiría a una parte de Europa en la que no se incluyen los políticos, eurodiputados, altos cargos de las administraciones, directores de Bancos Centrales y Periféricos, etc., etc., etc..., parte en la que ella ya no está porque está en Washington; con lo cual debía estar refiriéndose al resto, a nosotros, los ciudadanos y ciudadanas de esa parte de Europa que ya hemos empezado a ser “la otra especie”. Y sobre todo debía estar pensando en los países europeos más vividores, como: Grecia, Irlanda, Portugal y España. Esa mano dura deberá reducir los sueldos abusivos de los funcionarios de a pie y sus dietas, aumentar las edades de jubilación para que no nos aburramos en casa, congelar esas mismas jubilaciones para que duren más y liquidar los bienes y empresas públicos de estos países poco competitivos para que vayan a parar a las manos privadas adecuadas, además de facilitar más los despidos para que las empresas que lo deseen puedan crear también más empleo, el doble se supone que el número de despidos: “Dos nuevos empleados por cada despedido usado” reza un slogan mío. Se cree que estas originales teorías experimentales, madame Lagarde las va a aplicar inmediatamente en Grecia, para comprobar su bondad, eficacia y acierto.

Se me habían olvidado detalles nimios respecto a algunos de sus derechos y obligaciones, como que cada vez que madame Lagarde se desplace fuera de Washington para las reuniones-almuerzos del FMI, ni ella, ni los miembros de su familia incluido su esposo o acompañante, tendrán tampoco que pagar gastos de viaje y alojamiento, siendo todos ellos realizados en primera clase con hoteles de muchas estrellas, las más posibles que tenga cada país. Cuando deje el puesto por imperativo legal, recibirá una renta vitalicia y un fondo de pensiones para no quedar desamparada, que variará en función de la duración de su mandato. Y si renuncia por motivos personales antes de que acaben sus 5 años de contrato, recibirá a modo de indemnización, parte de su sueldo, según unos baremos establecidos. Aunque para ello tendría que estar trabajando al menos 2 años. Bien es cierto que a cambio de todo ello, no podrá recibir ningún regalo, prestación o favor de ningún Gobierno o autoridad externa al Fondo como antes era costumbre y que algunos denominan como cohecho impropio y que no está penado por el código civil.

Lo primero que ha hecho esta poderosa dama nada más incorporarse a su trabajo, fichando a las 9 de la mañana hora de Washington, ha sido mandar un e.mail a los empleados del FMI comunicándoles que "va a trabajar duro para asegurarse de que todos ellos concentrarán sus esfuerzos en la dirección adecuada, que consiste en generar un trabajo excelente con un buen esfuerzo colectivo" (???), yéndose después a almorzar con la cúpula directiva. Al día siguiente convocó una rueda de prensa en la que hizo sus primeras declaraciones: “A veces hay que dejar los intereses individuales para el bien del país” (???). “El empleo es un asunto clave” (???). Concluyendo con que “la diversidad y el valor de la diversidad encabezan mi lista de prioridades” (???). Acabadas estas respuestas, se fue a almorzar como es lógico. Con estas dos primeras actuaciones, la del e.mail colectivo y las tres frases de la rueda de prensa, ha cubierto ampliamente su jornada laboral, por lo que haciendo un cálculo somero de horarios de trabajo teniendo en cuenta vacaciones, fiestas y asuntos propios, se ha embolsado en esos dos primeros días en su cartilla de ahorro unos 2.600 € más las dietas correspondientes. Cantidad similar a la de dos sueldos mensuales abusivos antes de impuestos de cualquiera de los miles de funcionarios griegos, irlandeses, portugueses, etc. que el FMI y la CEE recomiendan despedir a sus gobiernos para poder hacer frente a los intereses de la deuda. Únicamente existe una ligera mácula en la trayectoria de madame Lagarde que puede ensombrecer su rutilante futuro y despejar el de Grecia, la investigación en Francia por supuesto abuso de poder cuando era ministra, relacionado con la banca pública, la campaña electoral de Sarkozy, un empresario y 285 millones de euros, trama que parece sacada de una novela de Simenon pero sin Maigret para hacer justicia.

Todos sabemos, y el que no lo sepa que lo aprenda, que el Fondo Monetario Internacional se creó para evitar catástrofes económicas internacionales, y gracias a él –que supo anticipar la crisis actual–, las cosas están como están y como van a estar; y no peor. Que es como habrían estado si ellos no hubieran estado ahí, sudando la camiseta. Finalmente, también deberíamos saber que los gastos que conllevan las difíciles gestiones de este organismo y sus líderes económicos, salen de los impuestos de todos los funcionarios que no han perdido todavía su trabajo y del resto de los ciudadanos de ambos sexos: “la otra especie”. ¡MANDA GÜEVOS!