lunes, 25 de abril de 2011

Crónicas Costaleras





“Oído a la campana”, o “A colocarse y al loro” como dijo el profesor Tierno Galván siendo alcalde de Madrid. Tres secos toques al metal y el trono está arriba. 

El también profesor de Educación Física de la UMA, José María Hinojosa, avalado por más de 15 años de experiencia como “hombre de trono” está preparando una tesis doctoral que va a revolucionar el mundo de la Ciencia y de la Religión, permitiendo a los costaleros de la Semana Santa malagueña entrar en los anales del conocimiento científico. Para llegar a conclusiones necesariamente contrastadas, ya en 2009 y 2010 mediante un “proyecto piloto”, a algunos costaleros elegidos les fueron instalados pulsómetros y GPS para conocer las pulsaciones cada segundo a lo largo de sus trayectorias, así como su ubicación exacta metro a metro bajo el trono, respecto al callejero actualizado de la ciudad. Este año, como novedad, para medir la resistencia de los costaleros a la carga asimétrica, el profesor Hinojosa y su compañero Aurelio Díaz realizarán análisis de orina y ácido láctico en varios puntos del recorrido. Lo que no han manifestado a la redacción del diario Qué, es cómo lo van a llevar a cabo, si sobre la marcha, caminando junto a los costaleros bajo el trono y provistos de embudos, tubos y envases herméticos, o en las paradas del autobús cofrade. Tampoco han indicado en que forma y de que lugar del cuerpo extraerán el ácido láctico a los sufridos porteadores, alguno de los cuales van a ciegas (como se refleja en una fotografía) con un pañuelo negro cubriéndoles los ojos, dejándose guiar por sus hermanos costaleros. Un hombre de trono, sufre lo mismo que un ciclista, ha afirmado el profesor Hinojosa a partir de las conclusiones de su estudio desde un punto de vista científico, no deportivo; aunque no ha explicitado si ese ciclista, estaba subiendo el Tourmalet o realizando una contrareloj. Respecto al uso de fajas o cinturones, Hinojosa afirma que “son recomendables” aunque todavía no ha sido verificado científicamente ni incluido en su estudio. Finalmente asegura que ha buscado otros estudios científicos similares al suyo, sin encontrarlos: He encontrado algo parecido en Jerez, pero no es comparable, concluye en una entrevista a Diario Sur; sin especificar tampoco si se refería a pruebas realizadas con costaleros en el circuito de Jerez de Fórmula Uno. Estas pruebas médicas y psicomotrices se van a realizar, si el tiempo lo permite, en varias procesiones malagueñas; entre las que se incluye El Submarino de la Soledad (Sepulcro) que no le teme al agua –no confundir con El Submarino Amarillo (Beatles)–. 

La ambiciosa pretensión de este incansable profesor, es crear un grupo de investigación multidisciplinar que abarque a educadores físicos, fisioterapeutas y nutricionistas. Sin olvidar algunos teólogos y educadores religiosos, estudiosos de esta fuente de fe inagotable. Según otro estudio paralelo realizado por el Hospital Quirón de Málaga, centro de reciente implantación especializado en estos trances, un costalero medio necesita al menos cinco días para recuperarse del esfuerzo acumulado en sus carnes. Más incluso que Contador después de ganar el Tour de Francia. Toda esta búsqueda científico-físico-religiosa ha motivado que jóvenes universitarios de la Universidad de Málaga, mayoritariamente estudiantes de Física Cuántica y Educación Física, dirijan sus esfuerzos mentales y físicos a realizar diferentes tesis sobre la capacidad porteadora de los hombres de trono en Málaga. Los estudiantes de Medicina, para no quedarse rezagados, han comenzado a hacer investigaciones sobre la incidencia del baile de los tronos en la atrofia de las articulaciones superiores de los jóvenes costaleros, así como en las hernias discales, las bulsitis tempranas y la disfunción eréctil. Siendo esta última directamente responsable en la incapacidad para levantar los tronos en un 3% de los costaleros analizados.

Respecto a la moda nazarena, el mismo diario Qué afirma que “lucir el fervor religioso por las calles de Málaga durante la Semana de Pasión, tiene un precio, que va de los 150 € en los casos más modestos, a los 900 € cuando se utilizan tejidos nobles, cíngulos, guantes y medallas”. A pesar de que los costes no han subido este año –como indica un pie de foto– y teniendo en cuenta que estos materiales no es posible encontrarlos en las rebajas de Zara ni en las del Corte Inglés. La UCE (Unión de Consumidores de España), también según el mismo diario, ha querido manifestarse al respecto indicando que “la capital de la Costa del Sol junto a Sevilla y Jerez, es la más cara de Andalucía”; refiriéndose a estas prendas, no respecto al precio de los boquerones Vitorianos, se sobreentiende.

Hace algunos años, un joven emprendedor malagueño de Villanueva de Tapia, instalador eléctrico de profesión, inventó un original sistema de almohadillas neumáticas para nivelar los hombros de todos los costaleros del mundo. Este ingenioso joven, llevaba tiempo observando en su pueblo que los costaleros bajitos –una vez terminada la faena– salían de debajo de los tronos tan frescos, silbando e incluso bailando saetas, mientras que el resto, más altos, salían también pero con los hombros “crujíos”: como él, que medía un metro setenta y ocho. Haciendo encuestas entre todas las cofradías de la provincia de Málaga, pudo comprobar que los costaleros altos (de más de 1,75 m.) eran solamente un 20% del total, constatando con ello la gran injusticia social que esa mayor talla conllevaba. Aquello le dió fuerzas para intentar equilibrar esas diferencias. Pensando bajo el trono, como hizo Newton bajo el manzano, se le ocurrió crear unas almohadillas hinchables que compensaran las diferentes alturas entre los hombros de los costaleros. Incluso se planteó que esas almohadillas pudieran autonivelarse para restablecer el desnivel en las cuestas y en los socavones de los recorridos, estando todas conectadas entre si mediante un circuito cerrado. De esa forma el trono estaría siempre nivelado como el AVE y habría justicia social entre los costaleros, al margen de su estatura. Se puso manos a la obra y al cumplirse la siguiente Semana Santa el invento ya estaba listo para experimentarlo en su pueblo. Solamente dos cofradías del lugar se atrevieron a probarlo, saliendo muy contentos, al terminar su recorrido, los hombres de trono más altos, ya que los varales se les clavaban menos que antes y se sentían más ligeros. No así alguno de los más bajitos que tuvieron que soportar por primera vez en su vida los kilos que les correspondían por derecho propio. Al año siguiente, el joven investigador pudo constatar que se produjeron un elevado número de bajas entre los costaleros de menor talla, por falta de fe y porque anteriormente se apuntaban a las cofradías, no para sufrir como los altos, sino para disfrutar bebiendo y bailando saetas con sus hombros descansados al no llegar a los varales, de los que algunos incluso se columpiaban en ocasiones, incrementando de forma arriesgada el peso del trono.

La noticia corrió como la pólvora y los pedidos no se hicieron esperar. Como colofón, la Asociación de Jóvenes Empresarios de Málaga (AJE), le concedieron el premio “Joven emprendedor del año”, con el que siguió investigando para la mejora técnica de las procesiones del futuro. En el enlace  
http://www.almohadillasneumaticas.com/index.php?option=com_content&task=view&id=1&Itemid=1 , se puede comprobar la bondad del sistema, a través de una animación a todo color morado, y cómo el trono pasa por terrenos dificultosos (terraplenes, rampas, montículos y socavones) sin la menor dificultad, mientras una utilidad musical nos permite seleccionar entre 5 piezas de saetas en mp3: “Consuelo gitano”, “Costalero”, “La saeta”, “Nazareno y gitano”, o “Perdona a tu pueblo”. También figuran una serie de ventajas del sistema así como una lista de agradecimientos, como la dedicada a la empresa “Maquinaria Agrícola Iznajar” que colaboró en la fabricación del molde. Gracias a este merecido éxito, el joven ha creado una nueva empresa con sede en el PTA (Parque Tecnológico de Andalucía), para atender los miles de pedidos y desde donde está investigando en nuevas aplicaciones como las almohadillas neumáticas para el tráfico, que sustituyan a los molestos “badenes” y que ya han sido experimentadas con éxito en urbanizaciones privadas, desvíos provisionales y puntos negros de las carreteras españolas.





Como consecuencia de la difusión y universalización de este sistema, la Asociación de Costaleros de toda España (ACDE, en inglés: “eisidiei”) con la colaboración de la clínica Quirón de Málaga,  ha encuestado a más de tres mil costaleros de toda España, examinando a trescientos de ellos para obtener muestras fiables. Del resultado de estas encuestas y de las pruebas médicas, se ha concluido que la vida útil del hombro de un costalero (bien sea de izquierdas o de derechas) que usa y disfruta de este sistema de almohadillas, se ha duplicado pudiendo llegar hasta los 67 años –edad mínima de jubilación– sin artrosis, artritis o bajas laborales permanentes. Animados por estos avances tecnológicos con resultados tan espectaculares, jóvenes universitarios de la UMA han empezado a investigar en la aplicación del ABS y el airbag a los tronos para evitar trágicos accidentes como el sucedido a finales del siglo XIX en la isla de La Palma, en Canarias, en el que el trono de la cofradía de la Virgen Blanca se precipitó por un barranco, muriendo dos costaleros y resultando muchos otros con fracturas, al igual que la imagen vestida de blanco.  Se sabe también que para no quedarse atrás, Adidas y Nike están investigando y haciendo pruebas de resistencia en India y el continente africano, con la intención de fabricar unas zapatillas con amortiguadores de carga cinética especiales para costaleros, que transformarán el peso y la voluntad en energía, almacenándola en minúsculas celdillas de silicio, permitiendo rescatarla a voluntad en los recorridos con pendientes de más del 5% o en los momentos críticos de más fragilidad del costalero.
Tal vez en un futuro no muy lejano, afianzando la marca España, veamos participar a tronos y pasos no solamente en Semana Santa, sino también en competiciones deportivas internacionales e incluso olímpicas, rompiendo marcas y obteniendo medallas para sus Vírgenes y Cristos gracias a estas investigaciones tecnológicas y teológicas de las que nuestro país es puntero. Para ello habrá que fomentar ya desde la escuela la educación infantil en estas artes aplicadas para que las futuras generaciones de costaleros salgan preparadas a competir con ventaja en el mercado mundial de la fe ciega.

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